18/11/10

PRUEBA: BMW X3

Los amigos de Autoconsultorio nos traen otra prueba realizada. Es el nuevo BMW X3, os traemos toda la información acerca de este vehículo.

Casi como un X5, pero algo más pequeño. Tanto se acerca el nuevo BMW X3 al X5 que a las versiones comparables por motor, los X3 y X5 xDrive 35i, apenas les separan 3.000 euros. Hasta que lleguen nuevos motores el año que viene, el X3 más interesante es el xDrive 20d, con 184 CV y un precio de salida de 42.900 euros

La jugada estaba clara: con la llegada del X1, y tras renovar su X5, BMW tenía que hacer crecer el X3. Y así ha sido. El aumento en tamaño le sirve al todo-camino de BMW para distanciarse considerablemente del X1, y ponerse a la estela del X5. Pero la ganancia en esta nueva generación del BMW X3 no es únicamente en tamaño. Antes de contártelo, te invitamos a que veas este vídeo del nuevo BMW X3.

Los casi 8 centímetros adicionales de longitud exterior, 3 en anchura y 2 en distancia entre ejes le sirven al nuevo BMW X3 para mejorar sustancialmente el espacio que ofrece en su habitáculo. De paso, la capacidad de maletero alcanza los 550 litros, lo que pone al BMW X3 a la cabeza de la categoría en este apartado, muy por delante de Mercedes GLK (450 litros) o Volvo XC60 (496 litros), y superando por poco al que será su más duro competidor, el Audi Q5 (510 litros). Lástima que no se ofrezca una banqueta trasera desplazable longitudinalmente, aunque al menos el respaldo cuenta con división en proporciones 40/20/40 de serie, con la parte central que puede hacer las veces de apoyabrazos o de hueco para transportar objetos largos. Se abaten con mucha facilidad, para llegar hasta los 1.600 litros de capacidad. Lo malo es que, en parte por esta configuración, y en parte por el túnel central de la transmisión, la plaza central trasera es incómoda.

Que en BMW han pensado más en los usuarios se nota en detalles prácticos y funcionales como el mayor número de huecos para dejar objetos, los raíles en el maletero que permiten colocar unas sólidas anillas deslizantes para sujetar la carga, o nuevas opciones, entre las que se encuentra el cómodo accionamiento eléctrico del portón, aunque sea una opción algo cara. Precisamente entre las opciones hay interesantes novedades, como la cámara trasera de ayuda al aparcamiento, que en su variante más avanzada denominada “Top View” cuenta con dos cámaras adicionales que monitorizan los laterales del vehículo. O el sistema HUD (“Head Up Display) de proyección de la información en el parabrisas, que permite el acceso a los datos más importantes sin apartar la vista de la carretera (velocidad, revoluciones, etc), incluyendo las indicaciones del navegador.

El equipamiento es completo en todas las versiones, con freno de estacionamiento automático, control de descenso de pendientes, climatizador biozona… Se echan en falta algunos elementos como los faros bixenón, o el sensor de lluvia y luces, que por lo que cuesta el coche deberían formar parte del equipo de serie.

Otro de los avances que se aprecian en el interior del nuevo BMW X3 es la calidad de acabado. No hay ni un solo elemento, ya sea plástico, tejido, madera o piel, que no ofrezca un tacto sólido y a la vez agradable. La atención por el detalle, el tacto que ofrecen todos los mandos, ya sean pulsadores o giratorios, la iluminación interior… todo transmite una sensación de coche bien hecho, una calidad absolutamente comparable al BMW X5, o al Audi Q5, una de las referencias de su categoría, y muy superior al BMW X1.

Hasta que se complete la gama con los xDrive 28i y xDrive 30d, ambos con 258 CV (el primero llega en diciembre, el segundo en primavera), sólo hay dos opciones en la nueva gama BMW X3, muy diferentes por precio, potencia y rendimiento. La elección está, por tanto, muy clara: el xDrive 20d de 184 CV para el que busque acceder a la gama BMW X3 con el precio más bajo posible (y aun así tendrá que invertir casi 43.000 euros) y un buen equilibrio entre prestaciones y consumo, y el xDrive 35i de 306 CV para el que anteponga las prestaciones y las sensaciones deportivas a cualquier consideración de economía de consumo, mantenimiento o adquisición.

La mejora respecto a las versiones comparables del anterior BMW X3 son espectaculares. En el diesel , de hasta un 14 por ciento menos en consumo con un 4 por ciento más de potencia y un 9 por ciento más de par. En el gasolina, reducciones de un 8 por ciento en consumo con casi un 13 por ciento más de potencia y un 27 por ciento más de par, lo que permite hablar de mejoras en las aceleraciones de hasta 1,5 segundos, lo que es todo un mundo.

Gran parte de mérito de esa reducción de consumos se debe a las medidas Efficient Dynamics que todos los BMW X3 llevan de serie, entre las que encontramos el sistema Start-stop, la recuperación de energía en las frenadas, el indicador de marcha recomendada o la servodirección eléctrica. Pero también hay que darle su mérito al magnífico cambio automático ZF de 8 velocidades, de serie en el xDrive 35i, y opcional en el xDrive 20d. Si en diesel funciona con exquisita suavidad y permite aprovechar al máximo toda la capacidad de empuje del motor al tener 8 marchas con muy poco salto entre ellas, el X3 de gasolina, con posibilidad de cambiar mediante las levas en el volante, se convierte en todo un misil 4×4, con un sonido excitante cuando estiras las marchas hasta el corte de inyección, y una capacidad de empuje más propia de un coupé deportivo que de un SUV pensado para combinar la carretera con el campo y con el ocio.

Una función interesante es el denominado “Auto Hold”, que en las versiones automáticas permite mantener el coche frenado sin que el conductor tenga que pisar el pedal del freno. Si no se activa esta función, el sistema Start-stop pone en marcha de nuevo el motor del vehículo tras una parada nada más levantar el pie del freno. Si la llevamos activada, el motor arrancará cuando el conductor pise el acelerador para iniciar la marcha. Funciona muy bien, aunque en algunas maniobras, sobre todo si tenemos que reiniciar la marcha nada más entrar en funcionamiento el sistema Start-stop, puede provocar algún tirón molesto.

Sobre un asfalto muy deslizante y siempre con lluvia durante todo el recorrido, pude probar las dos versiones del BMW X3, el gasolina y el diesel, siempre con el cambio automático y con el control dinámico de la amortiguación. Con llantas de 18 pulgadas y neumáticos más anchos, el x32i se siente más ágil, más deportivo, de reacciones más vivas y más directas. Se agradece, porque su motor de 6 cilindros turboalimentado (ahora con un único turbocompresor de doble entrada) es un todo un huracán cuando pisas el acelerador a fondo.

Todas las versiones del BMW X3 llevan de serie las medidas Efficient Dynamics para reducir el consumo, incluyendo el sistema Start-stop. El peso final no ha subido, por lo que el diesel, más potente que antes, también mueve al X3 con soltura, aunque si te acabas de bajar del gasolina siempre te parecerá que anda poco.

La tracción total permanente xDrive manda siempre más fuerza al eje trasero que al delantero, y el sistema cuenta con un control dinámico que acciona ligeramente los frenos de la rueda interior a la curva para ayudar en los giros. La sensación es de agarre y control absoluto incluso en condiciones de baja adherencia, con una dirección de tacto magnífico, y unos frenos, con discos ventilados en ambos ejes, potentes y dosificables. El control dinámico de la suspensión permite elegir entre tres modalidades de conducción, Normal, Sport y Sport Plus.

El conductor selecciona el modo que prefiera mediante un pulsador junto a la palanca de cambios, y se modifican desde la respuesta al acelerador hasta el tacto de la dirección, la dureza de los amortiguadores, la respuesta de la caja de cambios y el grado de intervención del control de estabilidad. En otros coches que ofrecen esta función, o hay muy poca diferencia entre los modos de funcionamiento, o un abismo. En el BMW X3 me ha parecido que se han elegido unos tarados perfectos para lo que se supone vamos a encontrar en cada uno de los modos de conducción.

En cuanto a las excursiones por campo, con ruedas claramente de carretera poco puedes hacer más allá de pistas o caminos en buen estado, aunque la tracción funciona de maravilla, y se cuenta con un eficaz sistema de control de descensos.




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