Hace ya un tiempo os presentamos una gran preparación realizada sobre un Golf V, ahora es el turno de enseñaros este gran trabajo sobre un Volkswagen Golf IV, sí, lo digo bien, no se trata de ningún Audi, sino mirad su trasero, no falla.
Bruto y tirado al suelo, casi apoyando en él una carrocería monobloc ensanchada artesanalmente tras horas de modificaciones sobre una base de un Golf al que han dejado bastante desprovisto de su esencia, Chamorro, desde Málaga, nos presenta su Golf A Todo Color. Una vez más veremos una lucha intensa entre el exterior y el interior de este coche por tomar el protagonismo del público.
La adaptación del parachoques delantero del Honda Civic con la calandra integrada del Audi S3 -insignia incluida- y los faros de un antiguo Audi A4, hacen que la visión desde el ángulo delantero haga dudar de la factoría de la que salió el vehículo años atrás.
Un capó alargado 30 centímetros y unos imponentes -y con entradas de aire incluidas- pasos de rueda, ensanchados artesanalmente hasta rozar la aberración, han alejado las medidas finales tan lejos de las principales, sobre todo en las cifras relativas a la anchura de los ejes, que se han necesitado separadores de 4 centímetros delante y 8 detrás para que las ruedas, con unas grandes llantas Alba en 20 pulgadas, no se queden en nada bajo la carrocería.
De nuevo, una suspensión neumática de Dr. Rai vuelve a hacer posible la hazaña que aún y pudiendo dejar -en parado- la carrocería rozando el suelo y los pasos de rueda cubriendo los neumáticos y parte de la llanta, el coche siga siendo practicable.
Por supuesto la parte trasera ha tenido también que ser trabajada a fondo para poder llegar a la altura de la preparación anterior. Hecho totalmente artesanal y equilibrando al anguloso parachoques delantero, del límpido parachoques trasero sobresalen dos colas de escape coronando al simulado difusor.
Fiel a la idea de querer un coche completo, Chamorro puso especial interés en que su Golf tuviera todos los detalles. Por lo que a todo lo que ya hemos visto le podemos añadir a la lista los retrovisores y los tiradores de las puertas, el alerón y la apertura de las puertas, ahora vertical gracias a las bisagras LSD que desplazan el emplazamiento de las originales.
La apertura de las puertas da pie a la respuesta del interior, que reacciona ante el llamativo exterior rosa con una avanzada de 14 pantallas distribuidas por todo el interior. Para albergarlas se ha necesitado modificar los paneles de puerta y el salpicadero, que reciben varias de ellas. El resto las encontramos bajo los parasoles, reemplazando al retrovisor, formando parte de sendos sistemas DVD, en la parte trasera, en el maletero y, premio a la ubicación más curiosa, dos más asomándose al exterior a través de las aletas traseras, zona que se rodea de gente concentración tras concentración. Dos cámaras, una para asistir en la marcha atrás y otra para la grabación del interior proveen imagen a tanta pantalla, que también se nutre de una lector Alpine, la información que Chamorro guarda en un disco duro de 500 Gigas, la televisión que proporciona un decodificador de tdt, un navegador, y... no sólo una, sino dos consolas: una PlayStation y una Wii.
Complemento a la imagen, el audio, del que este Golf tampoco anda escaso. Sin tanta locura, pero aún así sobrepasando la justa medida, además de los kits que sonorizan el habitáculo desde las puertas delanteras y los dos subwoofers de 15 pulgadas que proveen los subgraves desde el maletero, la lista de componentes de la instalación continúa con tres parejas de medios, varios 6x9 y los amplificadores. Todo escogido del catálogo de Alpine. Como podéis ver en las fotos, en el maletero no cabe ni un alfiler, ¡se le ha sacado el máximo partido a todos los huecos!
Con tanto sistema audio-multimedia los asientos de serie se quedaron obsoletos. Chamorro los sustituyó por unos baquets calefactables con efecto masaje desde los que ahora disfruta de todo el espectáculo de sonido e imagen que le ofrece su coche. Un volante Isotta con pantalla es otro de los tantos gadgets con los que cuenta esta fantástica preparación.
Finalmente, dos surtidores de whisky y cola en el maletero asisten en las fiestas pre y post concentraciones.
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