Volvemos una vez más con una prueba de nuevo modelo debajo el brazo, esta vez se trata del nuevo Chevrolet Orlando que saldrá al mercado a partir de enero del año que viene.
El Orlando es el primero de una oleada de hasta seis lanzamientos que prepara Chevrolet para los próximos 12 meses.
Al nuevo monovolumen de siete plazas le seguirán el renovado Chevrolet Aveo (por fin con motor diesel), el Cruze con carrocería de 5 puertas, los deportivos Corvette y Camaro y el eléctrico Volt.
Por situarlo en el mercado, por tamaño el Chevrolet Orlando está entre un Renault Gran Scénic y un Renault Espace, o entre un Citroën C4 Grand Picasso y un C8, es decir, entre las versiones “largas” de los monovolúmenes compactos y los monovolúmenes grandes. Pero por precio, y también por espacio interior, el Chevrolet Orlando está más cerca de los primeros.
INTERIOR
En su interior destacan los asientos, muy cómodos y con buen agarre. No cuesta encontrar la postura al volante, y los mandos están bien distribuidos. Para ser de plástico duro, la presentación y el acabado no transmiten sensación de baja calidad. En función de la versión elegida, los colores de la tapicería, la decoración del salpicadero e incluso la iluminación interior, aportan mayor empaque.
COMPORTAMIENTO
El comportamiento en general es bueno, a pesar de una suspensión un tanto seca, algo que se aprecia, sobre todo, en las versiones con las llantas de 18 pulgadas, que montan unos neumáticos con perfil muy bajo, 235/45. La dirección es correcta, y sólo en carreteras rotas o cuando se suceden los baches se ponen de manifiesto las limitaciones del tren trasero del Orlando, cuyo plataforma, derivada de la que utiliza el Cruze, recurre a un eje posterior no especialmente evolucionado. Aun así, la carrocería no balancea en exceso, por lo que el Chevrolet Orlando es un coche fácil de conducir.
VERSIONES
El 1.8 de gasolina, dotado de distribución variable, no va nada mal, pero no interesa, mejor diesel que gasolina. Y no sólo por consumo. Puesto que por emisiones entra en el tramo de impuesto de matriculación del 9,75%, frente al 4,75 por ciento del 2.0 diesel de 131 CV.
Las dos versiones del 2.0 diesel, con 131 y 163 CV, anuncian los mismos consumos. Para utilizar el Chevrolet Orlando frecuentemente con pasajeros y equipaje, mejor el más potente.
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